Anoche soñe que me había muerto

Fué un anoche un poco rara, priemro el concierto de Sarah Brightman, que es una cantante y mujer espectacular. Luego no se a que hora me despertó un calambre en un gemelo (amanecí cojo), y luego de eso, traté de que me diera sueño de nuevo, (porque sigo con la psicosos del Jet Lag, de que si despierto en medio de la noche me voy a desvelar), y el sueño era un congreso de algo de Biología, pienso que era como de Conservación y Medio Ambiente, pero lo organizaba David Holmes (de la RIB), y era en un lugar Caliente, estilo Girardot o Melgar, seguro fuí con algún parche o esperaba encontrarme con alguen, en realidad yo no tenía mucho a que ir, pero me pareció una buena oportunidad de tomar sol antes de viajar definitivamente a ese País en invierno.

Lo que si es cierto es que había subgrupos o mesas de trabajo, y como siempre uno termina con los mismos, el sitio era como el Emilio Valenzuela, pero en Melgar, con caseticas y auditórios, el comedor etc (ahora recuerdo que ese escenario es común en mis sueños donde hay eventos) y la gente parecía desordenada, pero todos sabían que debían hacer, yo no.
Me encontre con muchos conocidos (solo se eso que eran conocidos) unas niñas que eran de la Javeriana pero que yo no conocía pero que alguén que estaba con migo si nos comentaron que habíamos perdido la salida de campo del día programada al Chocó lo que a mi me pareció un un total deesperdicio, pensé que no debía pasar de nuevo eso y que tenía que cambiar de habitación a de una cuádruple a una sencilla. Esa era la causa y tení que ver algo con horarios cruzados de la gente y alarmas.
Pasé a recoger mis cosas a la habitación en la que por supuesto estaba Juan Carlos Castellanos y me pase a las de al lado (algo ya común este último mes) y al otro día temprano (se que es temprano, porque el pasto tiene rocío y no hay casi nadie levantado), me levanté a convencer a la gente que lo mejor era decirle a David Holmes que en la sesión plenaria (que era en el comedor del Emilio, pero por dentro es como el auditorio de Cafam Melgar), anunciaran las actividades; las salidas y las charlas, para que supíeramos bién y no perderderas y depronto pusieran unas carteleras con la programación y que incluso yo me ofrecía a hacerlas en iCal, qu equedan bonitas y es fácil, pero no me ponían atención, la gente, desconocidos en todo caso, caminaban a mi lado como si no estuviera, así que cuando regresé a mi cuarto a no se que, lo que vi fué un tumulto y ua persona 8un empleado del lugar) hacía un ademostración, (especialmente a David) de como había sido que habían aplicado la mezcla de insectizidas que le habían puesto en mi cuarto. Al parecer eso fue suficiente para entender que había sido culpa del lugar y que con ello se podía tramitar la indemnización.

Yo como llegué al final de la discución entendí que había sucedido y en eso me saludo un apersona que no es Jairo de la Rosa, (porque hace mucho que no lo veo) pero para mi era él, con el que nos pusimos a charlar de eso, de lo complicado que podía ser morirse, el lo tomo con naturalidad, parece como si para el fuera normal ahora que lo pienso bién.

Mientras caminábamos hacia una mesita para tomarnos algo, porque el sol empezó a subir (como las 10 de la mañana y ese solecito girardoteño picante...) nos encontramos con Caro Plata. Se supone que el día anterior nos habíamos encontrado con ella y se la había presentado (pero eso me pasó fué con Fabio anteayer), y Jairo la saludo muy cordial mientras caminabamos en sentidos opuestos, ella lo miraba un poco raro (Caro Plata tiene una expresión muy particular casi cómica cuando algo le parece raro), porque Jairo le repetía lo que yo le decía, que si sabía que me había muerto y que porfa pasara a saludar a mi mamá a acompañarla porque seguro estaría muy triste.

En eso un señor se paro un seño detrás mio y me cepillaba la cabeza con un cepillo parecido (o el mismo) con el que mi papá le quita lsa pelusas a la ropa, es suavecito). Bueno me di cuenta que estábamos con Jairo sentados en una mesita, y me pareció incómodo que me cepillaran la cabeza mientras hablaba con otra persona.

Le dije al tipo (que se parecía un poco a Luis Fernado mi padrino de confrmación, pero no era el, era un man que hahecho ese papel de funerario en alguna película), que respetara que estaba muerto, me pareció eso un mejor argumento que el decirle que estaba charlando...
El se engogió de hombros como diciendome "por eso" y me dí cuenta qu eestaba arreglando mi cuerpo en alguna funeraria de paredes de baldosa blanca y luz difusa como de lámpara de magnesio, amarillosa, ccálida.

Allí me entró la preocupación de que me quedaba poco tiempo para poder ver como le iba a contar a Caro la mala noticia..., al umentar el sentimiento de angustía me desperté.

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